Del balance al liderazgo

Conoce Administración y Dirección de Empresas desde el interior de las aulas de la UVa:

la realidad de una de las titulaciones más demandadas, «más versátiles y con más salidas».

Hablan los protagonistas de un Grado que facilita el acceso a un contrato indefinido a

a dos de cada tres titulados

Gonzalo termina la carrera de Administración y Dirección de Empresas (ADE) después de cuatro intensos años de estudio en Valladolid. Alejandro se graduó en su día y ahora trabaja en la sección de Capital Markets de Price Water House Coopers (PwC). A ellos les cogen el testigo Raúl y María, que disfrutan absorbiendo conocimientos en el aula. Por su parte, Julio López es un docente innovador que imparte clases en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales desde hace años, como María del Valle, que además coordina la titulación de la que es profesora. Todos ellos convergen en el Grado en Administración y Dirección de Empresas de la Universidad de Valladolid (UVa), una de las más demandadas en la entidad, para hacer de la realidad empresarial y administrativa un ‘activo’ tangible de cara al mañana. Están adecuándose al futuro.

Sus casos son un buen mirador a través del cual observar el salto que se produce de las aulas a los despachos, siempre entre balances contables, microeconomía y estadística. En otras palabras, de la teoría académica al liderazgo empresarial. Administración y Dirección de Empresas, conocida como ADE por sus siglas, supone en la Universidad de Valladolid «la mitad de la Facultad de Ciencias Económicas» en alumnado, en palabras de la coordinadora del Grado, María del Valle Santos. Sólo en el último curso 2017/2018, la comparativa entre los matriculados en las cuatro titulaciones impartidas en la facultad (ADE; Finanzas, Banca y Seguros; Economía y Marketing) lo corrobora. Efectivamente, el Grado en ADE lo conforman un 48% del total de alumnos que cada día pisan la Facultad en el Campus de Valladolid. Datos en grueso que ya avanzan cierto trasfondo de unos estudios polivalentes a cuyo término casi dos de cada tres egresados obtiene un contrato indefinido.

Según cifras del Sistema Integrado de Información Universitaria del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte correspondientes a la promoción 2013/2014, tan solo un año después de haber finalizado los estudios un 60,9% de los egresados en ADE en Valladolid disfrutaba de un contrato laboral indefinido. Esta cifra fue evolucionando de forma casi imperceptible, de manera que a los dos años de finalizar eran un 60,7% los egresados con empleo fijo en el sector. Los contratos laborales indefinidos superan a los temporales una vez concluidos los estudios, de lo que se deduce que ADE, en definitiva, es un Grado que aporta aquella estabilidad laboral tan valorada por los estudiantes que deben elegir carrera.

La polivalencia adquirida en los años de formación de los estudiantes en ADE permite a los egresados involucrarse en una diversidad de salidas profesionales vinculadas a la dirección en la producción, organización y gestión de flujos empresariales; en el asesoramiento de los recursos humanos; en las finanzas; en la economía; y en los mercados dentro del sector público y privado; además de adquirirse competencias transversales adaptadas a las empresas e instituciones. La propia universidad presenta al Grado en ADE como un trampolín que «pretende proporcionar al alumnado los conocimientos teóricos y prácticos (…) que le permitan desempeñar diferentes tipos de funciones y trabajos en el ámbito profesional de la empresa».

Los estudios de empresariales han ganado el terreno paulatinamente a los de economía

La dinámica de conocimiento que genera la titulación es amplia y las áreas que aborda no son precisamente pocas. Los posibles itinerarios se multiplican a partir de tercero, especialmente en el cuarto y último año académico, para ofrecer a los estudiantes uno de los abanicos de opciones más extenso de todos los que existen en el mundo de la enseñanza, lo que puede tener sus pros y sus contras. Que sea una de las carreras más solicitadas en general, y la que más demanda presenta dentro del área de las ciencias sociales no es casualidad. ¿Qué persigue esta titulación, para qué fue constituida y qué la caracteriza? Te lo cuentan sus protagonistas.

¿Qué caracteriza al Grado en ADE? Hablan sus protagonistas

Gonzalo Pérez, María Balaguer, José Antonio Sanz, Raúl Repiso, Susana Aguado, Julio López y María del Valle, algunos de los protagonistas del Grado en ADE, posan para las cámaras.

Profesores, responsables, alumnos, antiguos alumnos y hasta una profesional en activo que conoce el sector empresarial desde dentro opinan de una carrera ‘estrella’ en solicitudes en la Universidad de Valladolid. El Grado en Administración y Dirección de Empresas son ellos, quienes lo sustentan cada día con su presencia, su interés, su trabajo y sus ganas.

Una titulación polivalente y de futuro

José Antonio Sanz, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UVa desde el año 2012, define el Grado en ADE como una titulación «versátil, empleable y profesionalizante», aunque le cuesta reducir a un puñado de adjetivos lo que considera una carrera compleja y que, en definitiva, «prepara para el mundo laboral». Precisamente esa preparación para un futuro más o menos inmediato, algo que se perfila como uno de los objetivos de los grados universitarios en general, adquiere en Administración y Dirección de Empresas su expresión máxima. «En la titulación formamos directores, formamos gerentes y lo hacemos de forma teórica y práctica, de manera que damos la oportunidad a quien quiera de acercarse a las empresas para hacer prácticas».

En los seis años que lleva al frente de la Facultad, Sanz ha visto en primera persona la conversión de los planes de estudio a extinguir (las antiguas Licenciaturas) en los Grados actuales. La consiguiente reducción de los contenidos «en un 20% de la docencia al pasar de cinco a cuatro años» exigió, en el seno de Administración y Dirección de Empresas, un esfuerzo considerable de cara a intentar ofrecer la misma formación teórica que antes en un plazo menor de tiempo. Hoy por hoy, en sus palabras, la titulación «está perfectamente asentada» y goza de una ventaja comparativa respecto a la Licenciatura: dispone de una carga mucho «más práctica», lo cual puede ser entendido como un punto a favor, aunque por otro lado exige un esfuerzo «mayor» por parte del alumno debido a la evaluación continua.

 

El hecho de ser una carrera tan demandada –la solicitan cada año más de 1.000 futuros universitarios sólo en el campus de Valladolid– no presenta riesgo alguno de saturación, en opinión del decano, que achaca esa gran demanda a la polivalencia del Grado en ADE. «No hemos tenido problemas, el mercado absorbe a los graduados con relativa fluidez y bastante rápido, en poco tiempo pueden estar empleados», pese a lo cual recuerda que «no todos pueden ser directores generales». El secreto del éxito laboral, en ese sentido, no existe ni debe buscarse en la titulación de ADE, a pesar de que los alumnos recién graduados puedan disponer en principio –por las características de su titulación– de más opciones laborales que quienes finalizan otras carreras.

El decano de la facultad, José Antonio Sanz, define el grado como «versátil, empleable y profesionalizante»

Precisamente en relación con la elevada demanda, una característica inherente al Grado, las solicitudes de futuros estudiantes de nuevo ingreso para estudiar Administración y Dirección de Empresas superan en número a las solicitudes del resto de titulaciones de la Facultad, algo que parece lógico teniendo en cuenta que la carrera supone la mitad del centro en alumnado, como se avanzaba antes. En los últimos tres años, desde el curso 2015/2016 hasta el curso 2017/2018, el campus de Valladolid presenta una media de 1.044 solicitudes sólo para ADE, con un ligero repunte en el último año académico.

Del total de solicitudes, 241 alumnos de media la marcan como primera opción en su listado de preinscripción para el campus pucelano, la mayoría de los cuales suelen ser finalmente escogidos teniendo en cuenta la nota de corte tan baja (un 5 para todos los grupos de entrada en Valladolid el último curso) y el gran número de plazas ofertadas, que se sitúa en 180 –una de las ofertas más altas dentro la Universidad de Valladolid, únicamente igualada por Medicina, Derecho, Educación Primaria, Comercio–. Sin embargo, se observa un ligero descenso en el número de alumnos matriculados en esos mismos años. De los 836 del curso 2015/2016 a los 763 del último año hay un salto que puede responderse mediante las cifras de egresados, que pueden variar de uno a otro año.

Pero, ¿qué hay de los estudiantes de nuevo ingreso? En la Universidad de Valladolid, desde el curso académico 2011/2012 hasta el curso 2015/2016 las cifras de alumnos que llegan de nuevas a la Facultad para estudiar ADE han bajado. De los 338 estudiantes de nuevo ingreso que empezaron a estudiar ADE en 2011 hasta los 287 que se sumaron al Grado en 2015 hay una caída notable que se deja ver también entre medias. Ése es el cómputo total, aunque en el campus de Valladolid exclusivamente (dejando Soria y Segovia a un lado) ese descenso apenas es perceptible. ¿Tendrá menos interés para los alumnos la carrera ahora que hace unos años? Parece difícil responder, aunque puede tratarse de una caída puntual que afecta más a Soria y Segovia que a Valladolid, el centro neurálgico de la UVa y de la titulación.

En la Universidad de Valladolid, contabilizando todos los campus, las cifras de alumnos de nuevo ingreso en ADE han caído en los últimos cuatro años académicos

La Universidad de Valladolid se presenta como una de las que más demanda recibe para estudiar ADE dentro de la región, por delante de universidades como la de Burgos. Eso también tiene su reflejo en el número de matriculados de nuevo ingreso cada año, aunque los datos permiten observar que la oferta de plazas es superior en otros centros educativos de Castilla y León, como Salamanca o León. Todo esto sucede dentro de un contexto nacional en el que la demanda de titulaciones del ámbito de las Ciencias Sociales y Jurídicas se presenta en los últimos cuatro cursos académicos notablemente superior a la oferta y, por consiguiente, a los matriculados, lo que incluye a ADE en el cupo. La Universidad de Valladolid sigue la tónica general y el número de estudiantes que demandan carreras como ADE, de la rama social, duplican a los que finalmente las cursan. El panorama general es ése. Elevada demanda.

Esos son los alumnos que entran o quieren entrar. Luego están los que salen. Aunque hablar de egresados, el nombre que reciben los recién graduados una vez finalizan su carrera, implica hablar primero del estudiante universitario, que es el verdadero centro de la titulación de ADE en la UVa, como se desprende de las palabras de José Antonio Sanz. Y no sólo eso. Los profesores, docentes casi diarios que posibilitan el flujo de conocimientos al alumnado, tienen un papel clave en el desarrollo de los alumnos. El entramado formativo del plan de estudios, integrado a la perfección, sitúa a docentes y pupilos a la cabeza de la carrera. ¿Quieres conocer lo que piensan los estudiantes y sus profesores sobre Administración y Dirección de Empresas? Sigue leyendo.

Eclecticismo formativo: un plan de estudios integrado

La variedad de opciones que ofrece la titulación, algo en lo que coinciden quienes la conocen desde dentro, es uno de sus principales atractivos y la prueba de que la riqueza del plan de estudios es una realidad viva y tangible. El Grado en ADE, idóneo para acercar al alumno al complejo mundo empresarial dentro de una economía de mercado que favorece su desarrollo, es un ejemplo válido de cierto eclectismo formativo: un punto de convergencia de diferentes campos del saber con el objetivo último de formar futuros profesionales polivalentes en las áreas funcionales de una empresa, tanto en el sector público como en el creciente sector privado.

El plan se organiza en cuatro años que suponen un total de 240 créditos ECTS (European Credit Transfer and Accumulation System, en el original inglés), una denominación empleada para referirse, en el ámbito universitario, al número de horas de trabajo del alumno en cada materia, tanto autónomas como en las aulas. En ese tiempo de dedicación, el estudiante disfrutará de asignaturas de formación básica (FB), obligatorias (OB) y optativas (OP). Si bien la mayoría de estas materias se imparten en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, algunas, debido al gran número de alumnos y el espacio limitado del centro, se dan en el aulario, el edificio anexo a la Facultad conocido como lugar de estudio por abrir sus puertas veinticuatro horas en período de exámenes.

Asignaturas como Matemáticas, Economía o Econometría son el día a día del alumno de ADE. El primer año, en palabras de María del Valle Santos, la coordinadora del Grado, es prácticamente homogéneo en todas las titulaciones impartidas en la Facultad y «de carácter muy básico», aunque se exigen ciertos requisitos de entrada por la dificultad que pueden presentar algunas materias. Aquellos estudiantes de nuevo ingreso que acceden por la vía de las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU) y llegan de la rama de estudios de Ciencias Sociales tendrán los conocimientos óptimos, al menos hipotéticamente, para cubrir las exigencias diarias.

El segundo año es una cuesta en la que se pone a prueba a quienes continuarán estudiando la titulación (que presenta una tasa relativa de abandono), mientras que tercero es el punto de inflexión marcado en el plan de estudios donde la carrera coge ritmo y se focaliza en formar líderes. Seis asignaturas de dirección lo confirman: Dirección de RRHH, Dirección Comercial I y II, Dirección Financiera I y II, y Dirección de Operaciones. No es hasta cuarto cuando aparecen las optativas. ADE disfruta de una oferta de optativas, variable según el año y la demanda estudiantil –se exigen para impartir la docencia un mínimo de entre 5 y 10 matriculados, dependiendo del criterio del departamento en cuestión–, de las más completas. En total, fueron 24 materias para elegir en el último año 2017/2018, algunas de ellas compartidas con Finanzas, Banca y Seguros (FBS), Economía y Marketing.

Valle Santos, encargada de la materia Dirección de Operaciones de tercer curso, opina que si bien los matriculados en las optativas permiten conocer las preferencias del estudiantado, su importancia es relativa, pues en realidad depende de la promoción o del año. «En general, las asignaturas de empresa como tal son las más distintivas y específicas», y quizás por ello las que despiertan más interés. Ese es el caso, por ejemplo, de la asignatura Simulación y Juegos de Empresa que imparte Víctor Martín. En cuarto domina la optatividad, de modo que tan solo aparecen como obligatorias la asignatura de Dirección Estratégica de Víctor Hermano (que proporciona una visión de conjunto del análisis de la empresa) y el Trabajo Fin de Grado. El resto del curso lo forman las prácticas y la elección de optativas, que pueden intercalarse con las prácticas de las que hablaba José Antonio Sanz.

Muchos grupos para facilitar la docencia

«A nivel formativo, creo que la carrera es muy completa y ofrece formación en diferentes áreas funcionales». Así de claro se manifiesta Valle, que señala que el alumno puede acceder de esta manera a formación sobre «mercados y economía» tocando todos los aspectos de la empresa como agente social. Sitúa la administración en el centro del plan de estudios y apunta que el estudiante puede asimismo disfrutar de una formación complementaria en idiomas, algo para lo que dispone de la posibilidad de beneficiarse del convenio con universidades como la de Salento (Italia). «Es cierto que tenemos mucha demanda, pero también un número amplio de grupos para que no haya grandes problemas». Las clases se organizan por grupos y «hay algunos que desdoblan [nombre que reciben las clases en las que los alumnos se parten en dos grupos diferentes con objeto de facilitar la dinámica práctica con menos gente] para hacer la docencia más manejable».

 

María Valle entiende que el motivo por el que hay alumnos que abandonan o cambian de carrera después de primero se explica porque deciden matricularse «sin vocación o simplemente por estar en una universidad». Ese aspecto parece reforzar la idea, extendida entre los pasillos de la Facultad, de que ‘el que vale, vale, y el que no a ADE’. Sin embargo, lo cierto es que el Grado presenta su dificultad, por lo que se desaconseja entrar desde el bachillerato de humanidades, siendo «el tecnológico y el de sociales» los mejor orientados para ello. «La formación básica creemos que la traen todos los alumnos, aunque hay asignaturas que requieren su tiempo».

 

Las salidas del Grado son amplias, en sus palabras, aunque matiza –al igual que José Antonio Sanz– que «eso no quiere decir que todos se vayan a colocar» nada más terminar, ni en todos los puestos. No obstante, el alumno tiene un abanico más amplio donde elegir a la hora de ejercer una vez finalizados sus estudios. «Los alumnos interesados en las finanzas tienen su hueco en ADE; los alumnos que sienten atracción por el ámbito comercial también, al igual que los que se sienten atraídos por los recursos humanos».

María del valle: “hay grupos que desdoblan para hacer las clases más manejables”

Por su parte, Julio López imparte clase de Introducción a la Economía, de primer curso. Su visión del Grado es complementaria en algunos aspectos a la de Valle, aunque cree en el potencial de la carrera de cara a formar «personas». «Todo alumno que estudia ADE lo que hace es enviar una señal al mercado de que está capacitado para todo lo que tiene que ver con el mundo empresarial», sostiene. Eso supone, en su opinión, que el estudiante sabe interpretar balances, tiene conocimientos en marketing o «está al tanto de la coyuntura económica». «Se les capacita para ser aquello que tanto necesita esta tierra: un gestor empresarial dinámico y para ser emprendedor, algo muy importante en una tierra como Castilla y León, que necesita personas jóvenes». Y no está desencaminado, pues las cifras no mienten.

En octubre del pasado año 2017 se crearon en España 7.189 empresas, según los datos del mismo mes del informe sobre Demografía Empresarial de D&B, un 24,8% más que en el mes anterior. Lo cierto es que los números, aunque permiten observar una tendencia decreciente con respecto a años pasados, no dejan de ser positivos. Sólo en Castilla y León, una de las regiones más yermas en el plano empresarial, fueron 209 las empresas constituidas apenas dos meses antes de finalizar el año, ligeramente por encima de las que se fundaron en el mismo período de 2016. Y nuevos centros de producción exigen nuevos líderes. Esas 7.189 sociedades creadas supusieron el nombramiento de hasta 8.597 administradores, lo que implica un presumible aumento de la demanda de egresados en los campos de la administración.

Pero el profesor López no se limita a dar datos; también da clases. Después de un breve paso por la política como procurador en las Cortes de Castilla y León, se dedica por completo a la enseñanza. Lo lleva haciendo desde hace 27 años y siempre a su manera, con la idea por bandera de que los docentes son quienes realmente dan vida a una determinada titulación universitaria. Los planes de estudio están bien pensados, incluido el de ADE, pero la diferencia la marca el docente, en su opinión. En ese sentido, la visión que tiene López de la educación universitaria difiere en cierto modo de la norma y se sitúa en un plano alternativo, con métodos basados en las posibilidades que ofrece la tecnología y situando al alumno en el centro del proceso.

López entiende que «el Grado en ADE cuenta con un profesorado que hace un esfuerzo para que la materia explicada no sea vista por el alumno como simples notas sobre el papel, sino como algo que les sirve para el mundo real». En su opinión, los docentes son un puntal clave del sistema educativo de una carrera que «siempre ha tenido mucha aceptación» y donde la masificación ha sido paliada en parte por el Plan Bolonia al fijarse un número máximo de alumnos por aula que se suele respetar. «Eso facilita la enseñanza porque puedes hacerla más personalizada». En cierto modo lo hace, razón de peso para ser considerado un innovador en cierto sentido.

Julio López: “el profesorado de ADE se esfuerza para que el alumno vea aplicación real al contenido»

Sin embargo, eso no es todo. El profesor López imparte hasta seis asignaturas diferentes dentro de la Facultad (incluida Introducción a la Economía en ADE), y todas ellas «según el método del aula inversa», cómo él mismo dice. De esta forma, en sus sesiones el alumno no está para coger apuntes, sino para resolver dudas. ¿Tienes curiosidad? Sigue leyendo.

Reinventar «una titulación con mucha aceptación»

Julio López no deja de ser, a todas luces, un punto de referencia dentro del sistema docente del Grado. Su visión innovadora de la educación hace de él un profesor adaptado a las nuevas tecnologías de la información y comunicación, de las que se sirve para acercar al alumnado de primer curso de carrera –que, según él, «entra un poco perdido y experimenta un proceso de maduración»– los contenidos de forma más asequible. En ese sentido, decidió crear la plataforma Economedia, desde la cual enseña a sus alumnos de primero de carrera de Administración y Dirección de Empresas de forma rápida, diferente, autónoma e intuitiva los conceptos básicos de su materia.

 

Es lo que él mismo llama las «píldoras de conocimiento». «Busco la gamificación del conocimiento, de forma que el alumno aprenda jugando», indica. «Llevo tres años con este sistema de los 27 que llevo dando clase y los resultados son muy buenos porque en definitiva los alumnos pueden estudiar como quieren y cuando quieren».

En su método, López se graba impartiendo clases a sí mismo y luego sube los vídeos a la plataforma, donde los alumnos pueden asistir infinidad de veces de forma virtual y «resolver sus dudas repasando». Después, en el aula, la clase se vuelve más interactiva y dinámica gracias a la aplicación Kahoot, que los estudiantes descargan en sus teléfonos móviles a través de Google Play para hacer de la Introducción a la Economía (una materia de Formación Básica del plan de estudios) algo ameno y divertido.

 

Funciona. Ellos, los alumnos y verdaderos protagonistas de la clase y de la titulación, lo prefieren sin dudarlo, como Raúl Repiso o María Balaguer, dos jóvenes estudiantes de primero de carrera. La aplicación permite crear cuestionarios y listados de preguntas relacionadas con una materia, en este caso la economía en sus fundamentos más básicos, que son respondidas por el alumno de forma interactiva y le permite ir viendo sus aciertos y errores. Kahoot y Economedia se complementan a la perfección, según López.

La alumna María Balaguer, al término de una de las clases de Julio López

Los estudiantes de primer curso María Balaguer y Raúl Repiso, en la clase del aulario donde López imparte Introducción a la Economía.

El alumno Raúl Repiso posa, con sus compañeros y Julio López al fondo, en el aulario.

Los estudiantes de primero de carrera prestan atención al Kahoot de Julio López en la pizarra digital de una clase de Introducción a la Economía, mientras resuelven los cuestionarios con el móvil.

Y de primero a cuarto hay un salto considerable, algo que sabe muy bien un alumno a punto de finalizar la carrera. Gonzalo Pérez, estudiante de cuarto curso de Administración y Dirección de Empresas en Valladolid en el momento de realización de este reportaje, coincide en bastantes aspectos con María del Valle y Julio López. Con el Trabajo de Fin de Grado recién terminado, en poco tiempo podrá considerarse un egresado. Su paso por las aulas de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales ha sido fructífero y se muestra contento de haber estudiado la carrera. Afrontó el último curso del Grado después de haber hecho las prácticas en Iberaval, una empresa de asesoría financiera de su ciudad, Valladolid.

Gonzalo asegura que, dentro de la Facultad, «ADE es muy útil porque tocas un poco todos los aspectos de la economía para poder decidir si prefieres el sector público o la empresa privada». Nuevamente, la versatilidad del Grado como punto a resaltar. Como estudiante, incide en la necesidad de estudiar lo que «realmente te gusta» para tener más facilidades de éxito, incluso sin ser una «carrera excesivamente complicada». En su opinión, sí es cierto que hay una tasa de abandono relativamente alta: «hay mucha demanda, mucha gente que entra y, por lógica, muchos abandonan. Es verdad que de primero a cuarto se queda gente».

Gonzalo Pérez: “ADE es muy útil porque tocas un poco todos los aspectos de la economía”

Para él, la organización de los estudios no es la mejor posible. «Me gustaría que se ofrecieran clases más dinámicas y casos reales, bajar un poco más a la realidad de las empresas. Es la crítica que yo podría hacer al Grado», resalta. Tiene la duda de si las salidas son realmente tan tangibles como dicen. «Yo me planteaba si en Valladolid hay sitio realmente para 120 graduados». Por ahora, le gustaría seguir formándose «porque se emprende poco», en su opinión, y porque a pesar de ser una titulación con itinerarios amplios no deja de ser cierto que las posibilidades de un recién egresado son limitadas.

Fin de la carrera: el dilema del egresado

Sólo en el campus de Valladolid el año pasado (curso 2016/2017) se graduaron en ADE un total de 151 alumnos, con una proporción de hombres y mujeres en general bastante equitativa. Aunque la carrera se imparte en Soria y Segovia también, el grueso se ubica en la capital de Castilla y León, donde el número de egresados quintuplica los que se hacen con el título en el resto de campus de la Universidad de Valladolid. En esa línea, el miedo de Gonzalo Pérez se torna una realidad: una vez finalizados los estudios, no todos saben qué hacer ni si el mercado laboral tiene realmente una capacidad de absorción tan grande como se suele creer.

Aunque no es oro todo lo que reluce, las opciones están ahí y los antiguos alumnos pueden demostrarlo. Si Gonzalo es un estudiante de ADE a punto de convertirse en egresado, Alfonso Tordable Alejandro Pastor ya se graduaron y ahora han tomado caminos diferentes dentro de las perspectivas abiertas para el egresado: uno ha decidido continuar con su formación y otro ha decidido trabajar, aunque también tuvo un período adicional de estudios después de finalizar el Grado. Ambos estudiaron Administración y Dirección de Empresas en Valladolid y hablan de una experiencia ya asumida.

En cualquier caso, tanto si se opta por continuar la formación como si se elige trabajar, puede concluirse, atendiendo a las opiniones y la evidencia del plan de estudios, que los itinerarios son variados. Parafraseando a Valle Santos, el Grado en ADE ofrece respuestas a las variadas inquietudes de su alumnado, lo que multiplica las posibilidades. El alumno puede, por lo tanto, optar en sus salidas por una rama más financiera y de mercados, otra de empresa productiva y otra de recursos humanos, pues al final se trata de gestionar y administrar.

De hecho, las salidas son tan amplias como la demanda. Esa demanda elevada de la que hablábamos, gracias a la cual, tan solo un año después de haber terminado los estudios de ADE en la UVa, casi dos de cada tres egresados (concretamente un 60,9%) consigue un contrato laboral indefinido, según cifras del Ministerio de Educación. Así lo prueban los datos recabados a fecha de 23 de marzo de 2015 sobre los 121 alumnos graduados en la Universidad de Valladolid en la promoción del curso 2013/2014. Hay quien asume esta realidad como una cercanía al empleo de calidad. Dos años después de finalizar, un 60,7% de esos mismos alumnos continuaban disfrutando de un puesto de trabajo estable, y tan solo un 39,3% tenía un contrato temporal.

A pesar de que sólo un 34,8% de todos los egresados en el curso 2013/2014 cotizaba como universitario a un año de graduarse y la mayoría lo hacían como trabajadores manuales en un régimen bajo, la estabilidad que aporta un contrato indefinido es un aspecto a destacar y es lo que diferencia ADE de otras titulaciones cuyas salidas no están tan marcadas. En esa línea, la empleabilidad es un factor real a tener en cuenta, y puede ser una de las razones por la cual egresados como Alejandro Pastor (que actualmente está dentro de ese 60% de antiguos alumnos con contrato indefinido) no puedan hablar de desempleo entre sus viejos compañeros de aula.

Sólo un 34,8% de todos los egresados en el curso 2013/2014 cotizaba como universitario un año después de graduarse, mientras que la mayoría lo hacían como trabajadores manuales

Alejandro Pastor ahora trabaja. Empezó a estudiar Administración y Dirección de Empresas en la UVa en 2010. Tardó cuatro años y medio en terminarla, algo más de lo establecido. Hoy tiene 25 años y trabaja de forma indefinida en Price Water House Cooper en Madrid después de haber estudiado un máster profesionalizante de dos años pagado por la empresa en la CUNEF. Asegura que no conoce compañeros que estén sin empleo a día de hoy y recomienda a los futuros estudiantes de la titulación estudiar una movilidad para aumentar su bagaje y sus posibilidades. «ADE me dio una visión técnica de la realidad económica y de mercado desde un punto de vista bastante teórico, aunque también fue muy práctica en el sentido de que hubo muchos trabajos en grupo. Te da una visión de la organización de empresas bastante amplia, la verdad».

El antiguo alumno Alejandro Pastor (derecha), posa con un compañero de trabajo en las instalaciones de la empresa donde trabaja actualmente en Madrid, Price Water House Coopers (PwC).

Su paso por el Grado fue fructífero. «Yo hice prácticas de empresa como parte del Grado en las Cortes de Castilla y León, en un programa de consultoría y asesoramiento a partidos políticos. Ayudé a implementar una herramienta para que los partidos pudiesen elaborar un discurso y pude aplicar lo aprendido en el grado pero más que eso, yo creo que lo que hice fue aprender una forma de trabajar», comenta. Las prácticas en empresa son un baluarte del Plan Bolonia que en ADE, por sus características, adquieren gran importancia. Emilio Pérez, responsable de prácticas de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UVa, indica al respecto que «son muy pocas las prácticas que tienen remuneración, algo que no se recoge en el convenio» y asegura que «aceptamos cualquier oferta que los estudiantes traigan para realizarlas». Los estudiantes de ADE pueden beneficiarse del convenio con grandes empresas como MichelinFASA RenaultAssedosa Asesores y los principales bancos, como BBVA Santander.

Nombres como SAPESA, Sociograph Neuromarketing SL o Quokkers también son habituales. En general, los estudiantes de carreras como ADE tienen posibilidad de hacer prácticas en empresas como El Corte Inglés, Carrefour, Leroy Merlín, Decathlon, diferentes entidades financieras y un gran número de asesorías y empresas de seguros. La relación con el Colegio de Economistas y con las asociaciones empresariales de la ciudad, como la Cámara de Comercio, la Confederación Vallisoletana de Empresarios, la Agencia de Innovación y Desarrollo del Ayuntamiento o la Consejería de Economía y Empleo, es estrecha, lo que permite que los estudiantes puedan formarse en la gestión de este tipo de organizaciones, según apuntan desde la propia Universidad.

El caso de Alfonso Tordable es diferente. Después de graduarse en ADE en la UVa en la promoción de 2016/2017 y dedicar el último año solo para el TFG, se marchó a Gran Bretaña. Tras una estancia formativa en Londres, disfruta de una escala en Berlín gracias a los estudios del máster «de ‘management’ general» que cursa en la escuela de negocios internacional de origen francés ESCP Europe, con campus en varias ciudades y donde puede elegir el destino. Terminó el Grado en cinco años, algo que no es tan inusual como parece, pero que en su caso fue porque quería estudiar inglés, algo que recomienda. Se manifiesta partidario de la formación y apunta que «llegando desde la rama de Ciencias puras, las matemáticas son más fáciles y hay contenidos como las integrales que de esa forma no se atragantan». «Recuerdo que no fue especialmente difícil, aunque en algunos cursos fui a academias para completarlos».

El antiguo alumno Alfonso Tordable posa durante su etapa de estudios del máster en ESCP.

Tordable cree que los idiomas son un elemento clave, lo que explica su actual posición. «Creo que una vez terminada la carrera se pueden tener oportunidades para trabajar, pero mi experiencia se la recomiendo a todo el mundo. Aprendes a desenvolverte y creo que es bueno trabajar antes de empezar un máster porque te ayuda a saber qué quieres». Él hizo sus prácticas de empresa en Innovas Ibérica, en el departamento comercial, otra de las opciones que da el Grado. «Al terminar estuve diez meses en Deloitte en Madrid, donde llevaba la gestión de empresas extranjeras, la contabilidad». Destaca la importancia de las prácticas y opina que la «formación del Grado es completa. De quienes conozco que han estudiado esta carrera, todos han tenido oportunidades de trabajar, estudiar, formarse…».

Y entre seguir estudiando y trabajar, Susana Aguado se manifiesta partidaria de lo segundo para después, si se considera necesario, continuar la formación, cosa que ella sí hizo con un máster de Dirección y Gestión de Personas en la Cámara de Comercio de Valladolid. La directora de la Fundación para la Excelencia Empresarial de Castilla y León (EXECyL)parece tenerlo claro. Estudió el doble Grado en Derecho y ADE (DADE) en la UVa y actualmente dirige uno de los centros neurálgicos encargados de fomentar el tejido empresarial en la región, después de algunos cambios en la dirección de la entidad, a la que llegó «gracias a un profesor de uno de los módulos de la Cámara de Comercio»La Fundación EXECyL, además, «forma parte del comité de título del Grado en ADE como profesional externo», por lo que la vinculación de Aguado con la titulación es múltiple: exalumna, profesional en activo dentro del campo de la dirección y con presencia en la titulación.

La profesional en activo Susana Aguado, directora de la fundación EXCEYL, estudió Derecho y ADE en la Universidad de Valladolid

Su visión de la carrera es más empresarial y conoce de primera mano el mundo laboral. «Tratamos de acercar el mundo empresarial a la Universidad y viceversa, así como asegurar que los contenidos que se están tratando dentro del Grado se adecuen a las necesidades que tiene el mercado». Resalta que la visión de conjunto que aporta ADE es «un acierto para determinadas empresas porque necesitan un rumbo, y la dirección lo aporta». Al hilo de la contratación, Aguado apunta que «quizás estamos en un momento de repunte» y ve una tendencia clara a que «gracias a la polivalencia de los graduados en ADE la absorción por parte del tejido empresarial existe y seguirá existiendo».

Susana Aguado (EXCEYL): «desde la fundación tratamos de acercar la Universidad al mundo empresarial y viceversa»

Valora el potencial del Grado en ADE de cara al «autoempleo» también, y en ese sentido reconoce el valor de ciertas materias estudiadas durante su paso por las aulas. Aguado recuerda con especial cariño lo que le aportó la asignatura de Dirección Estratégica «por esa visión de conjunto» que bien puede suponer una integración de lo aprendido en un todo. Asegura que «cuando se sale de la carrera no se está preparado» del todo para solucionar los problemas de cualquier tipo y de cualquier empresa, lo cual es normal. Aconseja a los recién egresados paciencia y hacer uso del bagaje personal de cada uno, que siempre aporta más de lo que parece.

Susana Aguado: “gracias a la polivalencia de los graduados en ADE, la absorción por parte del tejido empresarial existe y seguirá existiendo”

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Vista exterior del edificio principal de la Facultad de Ciencias Económicas.

Una de las aulas de la Facultad donde los profesores imparten sus clases.

Algunos alumnos estudian en la biblioteca y las salas del centro, con grandes cristaleras y diseñada en varias plantas.

«Las instalaciones de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales del campus de Valladolid son óptimas para el alumnado», en palabras de José Antonio Sanz, el decano del centro. Se trata de un edificio sencillo, construido en ladrillo y de carácter funcional, con una biblioteca orientada al estudiante en la que una gran multitud de recursos bibliográficos y documentales están a disposición de los jóvenes.

ADMINISTRACIÓN Y DIRECCIÓN DE EMPRESAS, EN CINCO PUNTOS DE VISTA

ENLACES DE INTERÉS

Redacción, grabación y composición multimedia: Óscar San José Herrero y William Ruiz Lema

Coordinación (IP): Pilar Sánchez García (Área de Periodismo de la UVA)

“Proyecto de investigación aplicada en narrativa periodística multimedia”  (C.P. 00200200176). 

Apoyado y gestionado por: