El Derecho es la base sobre la que se asienta la sociedad y por ello son imprescindibles las funciones que desempeñan estos profesionales para seguir un camino justo y legal. El sinfín de cometidos se traduce en muchas salidas profesionales que permiten al estudiante tomar una decisión clara sobre su futuro. Sin embargo, las cifras revelan que gran parte de los graduados en Derecho no desempeñan un trabajo acorde a sus estudios universitarios y los que sí consiguen el puesto cuentan en su mayoría con contratos temporales. Además, si quieren dedicarse a ese oficio, es necesario continuar con la formación y especialización en Escuelas de Prácticas Jurídicas, Colegios Profesionales o con unas oposiciones, lo que supone otro esfuerzo y desembolso económico una vez finalizados los cuatro años del Grado. Estas adversidades hacen que expertos en la materia vean necesaria la vocación por la profesión y el desarrollo de ella durante la carrera.