Filosofía, rugby y rock and roll
“Como el 99% de estudiantes de humanidades, mi primera opción era ser profesor, pero me costó 2 o 3 años llegar a la docencia. Previamente, mis inquietudes me llevaron a montar una editorial que, por suerte, sigue existiendo y luego accedí a diferentes empleos relacionados siempre con las humanidades, aunque bastante precarios. La docencia es lo más estable”, cuenta Gabriel Candau, profesor de Filosofía en la UNED. Entre clase y clase ha tenido tiempo de jugar al rugby con el club El Salvador y dar conciertos en “El largo adiós” con su grupo The Jam one’s, facetas que compagina con su labor para Comisiones Obreras, donde trabaja como técnico de cultura. “Ahí me encargo de promocionar el ámbito cultural regional, haciendo propuestas e intentando mejorarlo”, comenta Candau.
Una de las eternas preguntas que rodean a la Filosofía es para qué sirve. En una sociedad en la que el carácter útil de las acciones determina en gran medida su aplicación, resulta imprescindible responder a una cuestión que probablemente de lugar a otro interrogante. “Se suele decir que la Filosofía no sirve para nada, pero realmente es un saber aplicable a todos los ámbitos de la realidad. Proporciona herramientas para afrontarla e intentar entenderla”, cuenta Gabriel Candau, profesor de Filosofía en la UNED.
Gabriel Candau, profesional y profesor del Grado de Filosofía en la UNED
Ética, lógica, política… son algunos de los campos en los que está presente la filosofía, pero ¿cómo acercar lo que a priori parece algo abstracto? “Si analizamos por ejemplo el arte contemporáneo, descubrimos que no se reduce al ámbito artístico, sino que de él se derivan claves que permiten entender la realidad actual, como las económicas, cuestiones de mercado, tecnológicas, cómo se reproduce y se vende una obra de arte, cuestiones políticas, el poder de la imagen, conceptos como la posverdad, la verdad teórica o no en el periodismo… todo está interconectado y es ahí donde entra la ética”, expone Candau.
Hacer atractiva la Filosofía incidiendo en su aplicación en situaciones de la vida diaria es clave para despertar el interés en los más jóvenes, esos que en un futuro acometerán la tarea de explicar el mito de la caverna valiéndose, quizá, de algún capítulo de Black Mirror. Pero acercar la disciplina desarrollada por Foucault o Alexandra Kollontai no significa trivializarla. Candau defiende que “si para hacer algo accesible hay que rebajarlo estoy absolutamente en contra. Creo que todo conocimiento requiere un esfuerzo. No se trata de hacer sesudos discursos sobre la metafísica aristotélica sino de respetar la esencia de la filosofía y ser riguroso”.
Desde la universidad se insiste en el esfuerzo que debe hacer el alumno si quiere dedicarse por entero a la Filosofía sin depender de la enseñanza, ya que hacerse un hueco en el sector requiere de gran competitividad y de formación complementaria . En el caso de que un graduado en Filosofía aspire a encaminar sus pasos fuera de institutos y universidades se encontrará con un escenario marcado por perfiles más “híbridos como el mundo editorial, donde se necesita de profesionales capaces de comprender distintos tipos de discurso y con conocmientos en diversos campos”, explica María Caamaño, profesora del Grado en Filosofía en la Universidad de Valladolid.
María Caamaño, profesora del Grado de Filosofía en la UVa
Un Máster en Periodismo o relacionado con la Comunicación es según Caamaño una buena opción para un graduado en Filosofía. La base en Humanidades adquirida en la facultad combinada con una formación en el manejo, tratamiento y transmisión de información se presenta como un perfil atractivo para empresas de Comunicación.