Por amor al arte de pensar

Las empresas demandan nuevos perfiles humanísticos

Actualmente se ve la docencia como la salida más inmediata

sin embargo, su abanico de ofertas laborales no deja de ampliarse.

La LOMCE deja al bachillerato huérfano de Sócrates, Nietzsche o de Beauvoir. A partir de 2016, Historia de la Filosofía pasó de asignatura obligatoria a optativa, una decisión que reabre un debate que permanece latente: ¿están en crisis las Humanidades?

Lo cierto es que el ámbito de las artes y del pensamiento se ha abierto paso entre clichés y tópicos que restringen su ámbito a sesudos diálogos de mentes privilegiadas. Sin embargo, la Filosofía también bebe de lo cotidiano; desde el planteamiento de qué es justo y qué no, al componente ético y moral que rige cualquier decisión, incluso el sistema político sobre el que se asienta un Estado.

A pesar de las cuestiones de las que se ocupa esta disciplina, son pocos los estudiantes que optan por ahondar en el “solo sé que no sé nada”. En Castilla y León, en el curso 2016/2017 solo 6.241 de los 71.566 estudiantes matriculados en universidades públicas de la comunidad se decidieron por carreras relacionadas con Artes y Humanidades. Los datos facilitados por la Consejería de Educación de la comunidad castellano leonesa revelan que las letras están perdiendo la batalla frente a estudios más prácticos y a priori con salidas laborales más atractivas.

Desde la universidad se intenta desmontar los mitos en torno al perfil tipo de graduado en Filosofía, ampliando el abanico de opciones laborales y demostrando que, aunque reducido, hay mundo al margen de la docencia. “El campo específico es la docencia. Aparte de eso están los comités éticos vinculados a temas de la salud y de la investigación. Estos se encargan de determinar cómo actuar ante situaciones concretas, si es legítimo o no llevar a cabo cierta acción…son ámbitos en los que se requiere de profesionales con conocimientos en el campo de la ética. Pero la verdad es que se cuentan con los dedos de las manos”, explica Juan Barba, Coordinador del Grado en Filosofía en la Universidad de Valladolid y profesor de Lógica y Filosofía Antigua.

El carácter interdisciplinar del Grado ayuda a desarrollar una serie de conocimientos y competencias demandadas en el ámbito de los Recursos Humanos, la gestión cultural, tareas de organización y logística y en el campo de la asesoría sobre innovación, conocimiento científico, responsabilidad social de empresas e instituciones y en el sector de las ONG´s.

Juan Barba, coordinador del Grado de Filosofía de la UVa

El escenario ante el que se encuentran las nuevas promociones de graduados en Filosofía poco tiene que ver con el de los que en su día cursaron la licenciatura. Cristina Corredor, profesora del Grado y del Máster en Lógica y Filosofía de la Ciencia achaca los cambios en el sector a la crisis económica. “Esto ha repercutido en las expectativas profesionales, algo que es común a otros sectores”.

¿Platón ya no seduce?

El último informe de Datos y cifras del Sistema Universitario Español del Ministerio de Educación, en el curso 2015/2016 los alumnos matriculados en Grados de Artes y Humanidades eran algo más de 132.000 estudiantes. Esto en términos porcentuales supone una décima más con respecto al año anterior y más de medio punto en relación con los estudiantes matriculados en este campo en el curso 2004/2005 respecto al cómputo total. Entre 2004 y 2015 solo las Humanidades y las Ciencias de la Salud han experimentado un aumento de estudiantes en las aulas.

Encontrar trabajo de ‘lo suyo’ es el principal objetivo de todo recién graduado. Desde el sector de las Humanidades se intenta desmontar el recurrente argumento de que Sócrates y Heráclito conducen a la cola del paro. El informe elaborado por la Conferencia de Consejos Sociales sobre la Inserción laboral de los egresados universitarios  apunta que los graduados en Artes y Humanidades representan una tasa de afiliación del 28% en el primer año tras terminar la Universidad, frente al 43,4% de media de los graduados y de casi el 50% 4 años después, en comparación con el 64,4% del conjunto.

Fuente: Informe de Inserción laboral de los egresados universitarios. La perspectiva de la afiliación a la Seguridad Social.

Esto demuestra que las carreras de letras siguen siendo un eslabón a tener en cuenta en la cadena laboral y concretamente, el carácter de la Filosofía la convierte en imprescindible más allá de institutos y universidades. Amplía los horizontes, plantea preguntas que no dan respuesta, sino que generan más interrogantes, cambia la forma de ver el mundo y desarrolla un espíritu crítico, estos son algunos de los factores que hacen de las humanidades la base del pensamiento y que evidencian que, al contrario de lo que ocurre con saberes más técnicos, la Filosofía no se quedará obsoleta.

Nicómacos con vocación de Aristóteles

Acaba la clase y los alumnos salen del aula para aprovechar el intermedio antes de la siguiente asignatura. El grupo no es muy numeroso, hay quien se queda en su silla y quien recoge sus cosas porque ha terminado su jornada. “Que venga Pablo, que habla muy bien y Alba, ven tú también”. María Pérez Clavo, Alba Lavagnoli González y Pablo González Rodríguez están en su último año de carrera y aunque estudiar Filosofía suele tener una gran carga vocacional hay ocasiones en las que la norma se rompe.

El caso de Pablo es distinto. Después de estudiar arte dramático, decidió saldar una deuda pendiente y atreverse con Filosofía. “Era algo que siempre me había interesado y en el momento de decidir si quería seguir estudiando o empezar a trabajar me quedé con la primera opción y la verdad es que no me arrepiento”.

“Estamos dejando cada vez más de lado el tema humano en los estudios, por eso esta carrera la recomiendo a nivel vital”

Quien piense que la Filosofía del Grado tiene que ver con las de Bachillerato se equivoca. Alba cuenta que “yo era de 5 raspado en Bachillerato, hasta que en selectividad saqué un 9 en Filosofía”. Ella partía ya con cierta inquietud por Platón o Aristóteles, pero una vez que empezó la carrera fue al profundizar en otras asignaturas cuando se dio cuenta de que hay una parte de la Filosofía, la lógica, que tiene relación con las Matemáticas, lo que quiso estudiar en primer lugar.

Pablo González, Alba Lavagnoli y María Pérez

Si hay un actor clave para motivar al alumno y despertar su interés por un determinado campo ese es el profesor. Pablo señala que tener buenos maestros en el bachillerato le ayudó a incrementar su gusto por la Filosofía, algo que iba acompañado de una gran curiosidad y de la inquietud por hacerse preguntas. “No nos preguntamos por casi nada, no nos planteamos si lo que pensamos es mentira, si es cultural, religioso…todo eso siempre me ha llamado la atención”.

Estar en cuarto de carrera supone estar a punto de cerrar una etapa y pasar al siguiente nivel. Quizá hacer un máster o cambiar de rumbo son algunas de las opciones que se pueden pasar por la cabeza. “Después de acabar quiero hacer un Máster en estudios avanzados. No me veo de profesora así que me gustaría dedicarme al ámbito de la investigación y a poder ser vivir de ello”, apunta Alba.

Por el contrario, hay quien ve en la docencia su futuro profesional. “Lo tengo muy claro, voy a ser ‘profe’ para enseñar como no me enseñaron a mí. Siempre hay algún profesor que te dice que no vas a poder con esto, no vas a conseguir hacer aquello… son cosas que no alientan y creo que todos tenemos muchísimas posibilidades y mucho que dar. Me gustaría contribuir a ello desde la docencia”, expone Pablo.

En cuanto al enfoque del Grado, los alumnos consideran que, en líneas generales, responde a lo que cabe esperar y se recibe una formación completa en la que el estudiante también juega un rol activo ya que de entre el abanico que los profesores descubren en clase, el alumno debe profundizar por su cuenta en aquello que le llame más la atención. Pero como en todas las titulaciones el plan Bolonia también ha tenido consecuencias para la Filosofía. Los tres afirman rotundamente que ha perjudicado y mucho a las humanidades.

Conoce la Filosofía desde la óptica universitaria

El paso de los 5 años de Licenciatura a los 4 de Grado también ha tenido sus consecuencias. Para María Caamaño, profesora del Grado en Filosofía en la Universidad de Valladolid, la carrera ha salido perdiendo con este cambio. En sus 10 años de experiencia ha podido comprobar que el alumno no es el mismo en primero que en cuarto. “En cuarto está en su mejor momento, porque hasta entonces ha estado en cierto modo dando tumbos, el conocimiento no está asentado por eso hace falta tiempo para afianzar el aprendizaje”. Esta percepción es una constante entre los profesores del Grado, quienes echan en falta ese año de más que permitía al alumno consolidar su madurez y terminar de ver temas que, por falta de tiempo, acaban omitiéndose.

El plan de estudios se articula a partir de 12 materias en las que se engloban 50 asignaturas. Estas se distribuyen entre básicas, obligatorias, optativas, prácticas externas optativas y el Trabajo de Fin de Grado.

Las 10 asignaturas básicas representan 60 créditos (ECTS) de los cuales 36 corresponden a materias básicas de Filosofía como Ética o la Filosofía clásica en sus textos. Los 24 créditos restantes están relacionados con materias básicas de otras titulaciones fundamentadas en el campo de las Humanidades como son, Introducción a la lingüística general o Historia de las ilustraciones.

Las 20 asignaturas obligatorias con las que cuenta el Grado equivalen a 120 créditos ECTS. En este apartado Filosofía medieval y renacentista, Ética aplicada, o Metafísica constituyen parte del grueso del plan de estudios.

Plan de estudio del Grado de Filosofía en la Universidad de Valladolid

El Grado cuenta con un gran número de optativas que complementan la formación del alumno a la vez que le permiten orientar su camino académico en función de sus intereses. De las 18 ofertadas, los estudiantes deberán elegir 8 entre tercero y cuarto de carrera. Filosofía Española o Teoría de la Sociedad son algunas de las optativas disponibles.

En tercero los alumnos que quieran encaminarse hacia la preparación profesional e investigadora pueden realizar las prácticas externas que en el Grado de Filosofía son optativas.

Por último, el Trabajo de Fin de Grado de carácter obligatorio supone el colofón a 4 años de formación en el que el alumno deberá demostrar los conocimientos adquiridos y su capacidad para aplicarlos en el ámbito de la Filosofía.

María Caamaño, profesora del Grado de Filosofía en la UVa

Una vez resuelta la duda de qué estudiar, la siguiente cuestión es dónde. La escasa demanda del Grado en Filosofía es a su vez una ventaja, ya que las aulas poco masificadas permiten ofrecer una atención más personalizada y hacer un seguimiento riguroso de los alumnos. “Esto también se da entre el propio profesorado. Somos un claustro bastante cohesionado, que conoce a cada uno de los alumnos. Además, los horarios de tutoría son más flexibles y los estudiantes saben que pueden venir a nuestros despachos cuando quieran. Eso sería imposible si fuesen 100 alumnos”, explica Caamaño.

En Valladolid en el curso 2017/2018 fueron admitidos 85 alumnos, 55 hombres y 33 mujeres en el Grado en Filosofía.

El Grado en Filosofía ha experimentado una mayor demanda en los últimos tres años. La matrícula efectiva ha pasado de 72 alumnos en 2015 a 85 en 2018. Cabe destacar que es una titulación con una solicitud equilibrada entre hombres y mujeres.

Por otro lado, y como formación complementaria al Grado, están las prácticas de empresa que son optativas en la titulación de Filosofía. La Universidad de Valladolid tiene convenios con la Cátedra de género Alnuar 2000, “también se han realizado prácticas con editoriales o el Observatorio de Derechos Humanos de la UVa”, añade Javier Peña, profesor de Ética y Filosofía Política en la Universidad de Valladolid.

Javier Peña, profesor de Ética y Filosofía Política en la Universidad de Valladolid.

Una vez terminada la carrera, el alumno puede optar por cursar un Máster, un añadido en el currículo académico con un marcado carácter de especialización. En Valladolid, la UVa ofrece el Máster Interuniversitario en Lógica y Filosofía de la Ciencia, cuyo programa da acceso directo al Doctorado en el mismo campo. Semipresencial, con tutorías on-line y una duración de un curso, el Máster aspira a profundizar en las cuestiones principales que ocupan al área, como son las líneas estratégicas de interés científico, tecnológico y social.

Cristina Corredor, profesora del Grado de Filosofía en la UVa

El perfil interdisciplinar del Máster lo convierte en una buena opción no solo para graduados en Filosofía sino también para estudiantes “procedentes de distintas ramas del conocimiento como Ciencias Sociales, de la salud, sociología, derecho o psicología. Es un campo que interesa a graduados de muy diversas áreas por el tipo de competencias que aporta”, afirma Cristina Corredor, profesora del Grado y del Máster en Lógica y Filosofía de la Ciencia.

“La docencia es el sector más estable para un graduado en Filosofía”

Filosofía, rugby y rock and roll

“Como el 99% de estudiantes de humanidades, mi primera opción era ser profesor, pero me costó 2 o 3 años llegar a la docencia. Previamente, mis inquietudes me llevaron a montar una editorial que, por suerte, sigue existiendo y luego accedí a diferentes empleos relacionados siempre con las humanidades, aunque bastante precarios. La docencia es lo más estable”, cuenta Gabriel Candau, profesor de Filosofía en la UNED. Entre clase y clase ha tenido tiempo de jugar al rugby con el club El Salvador y dar conciertos en “El largo adiós” con su grupo The Jam one’s, facetas que compagina con su labor para Comisiones Obreras, donde trabaja como técnico de cultura. “Ahí me encargo de promocionar el ámbito cultural regional, haciendo propuestas e intentando mejorarlo”, comenta Candau.

Una de las eternas preguntas que rodean a la Filosofía es para qué sirve. En una sociedad en la que el carácter útil de las acciones determina en gran medida su aplicación, resulta imprescindible responder a una cuestión que probablemente de lugar a otro interrogante. “Se suele decir que la Filosofía no sirve para nada, pero realmente es un saber aplicable a todos los ámbitos de la realidad. Proporciona herramientas para afrontarla e intentar entenderla”, cuenta Gabriel Candau, profesor de Filosofía en la UNED.

Gabriel Candau, profesional y profesor del Grado de Filosofía en la UNED

Ética, lógica, política… son algunos de los campos en los que está presente la filosofía, pero ¿cómo acercar lo que a priori parece algo abstracto? “Si analizamos por ejemplo el arte contemporáneo, descubrimos que no se reduce al ámbito artístico, sino que de él se derivan claves que permiten entender la realidad actual, como las económicas, cuestiones de mercado, tecnológicas, cómo se reproduce y se vende una obra de arte, cuestiones políticas, el poder de la imagen, conceptos como la posverdad, la verdad teórica o no en el periodismo… todo está interconectado y es ahí donde entra la ética”, expone Candau.

Hacer atractiva la Filosofía incidiendo en su aplicación en situaciones de la vida diaria es clave para despertar el interés en los más jóvenes, esos que en un futuro acometerán la tarea de explicar el mito de la caverna valiéndose, quizá, de algún capítulo de Black Mirror. Pero acercar la disciplina desarrollada por Foucault o Alexandra Kollontai no significa trivializarla. Candau defiende que “si para hacer algo accesible hay que rebajarlo estoy absolutamente en contra. Creo que todo conocimiento requiere un esfuerzo. No se trata de hacer sesudos discursos sobre la metafísica aristotélica sino de respetar la esencia de la filosofía y ser riguroso”.

Desde la universidad se insiste en el esfuerzo que debe hacer el alumno si quiere dedicarse por entero a la Filosofía sin depender de la enseñanza, ya que hacerse un hueco en el sector requiere de gran competitividad y de formación complementaria . En el caso de que un graduado en Filosofía aspire a encaminar sus pasos fuera de institutos y universidades se encontrará con un escenario marcado por perfiles más “híbridos como el mundo editorial, donde se necesita de profesionales capaces de comprender distintos tipos de discurso y con conocmientos en diversos campos”, explica María Caamaño, profesora del Grado en Filosofía en la Universidad de Valladolid.

María Caamaño, profesora del Grado de Filosofía en la UVa

Un Máster en Periodismo o relacionado con la Comunicación es según Caamaño una buena opción para un graduado en Filosofía. La base en Humanidades adquirida en la facultad combinada con una formación en el manejo, tratamiento y transmisión de información se presenta como un perfil atractivo para empresas de Comunicación.

Las Humanidades llevan décadas haciendo frente a una lista de tópicos que cada cierto tiempo amenazan con borrarlas del mapa, sin embargo las empresas empiezan a demandar nuevos perfiles humanísticos. El ritmo que marca la sociedad de mercado ha hecho que la Filosofía se quede en la arquetípica imagen de la Escuela de Atenas, negándole su lugar entre smartphones y tablets. Como retos de futuro, la Filosofía se enfrenta a seguir dando respuestas en función de los nuevos tiempos. Las tecnologías de la comunicación y de la información y las redes sociales se presentan como un espacio donde los saberes clásicos también tienen cabida, quizá entre filtros de Instagram y bailando a ritmo de Trap.

Redacción, grabación y composición multimedia: Lianet Rosales Amador, Lorena Landázuri Ferreira y Andrea Navarrete Dehollain

Coordinación (IP): Pilar Sánchez García (Área de Periodismo de la UVA)

“Proyecto de investigación aplicada en narrativa periodística multimedia”  (C.P. 00200200176).

Apoyado y gestionado por: