Desde el curso 2013/2014 hasta la actualidad, -2017/2018-, las Humanidades experimentan un ligero repunte en la oferta y demanda de matriculaciones, según los datos del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Así, a pesar de que la oferta mantiene su cadencia de bajada, en 2016/2017 la demanda de matrículas en Humanidades aumenta con respecto a hace tres cursos en 107 alumnos. Las matrículas también se recuperan, alcanzaron valores superiores al curso 2014/2015.
Fuente: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Pero, ¿y el Grado en Historia?. Los datos sobre los egresados en la Universidad de Valladolid del curso 2013/2014 no resultan halagüeños, en cada casilla de estudio reina un solo color, un solo valor. Un año después de graduarse, solo el 3,3% de los historiadores encuentra trabajo, todos ellos tienen contratos indefinidos por más de media jornada pero en el nivel de cotización más bajo. A los dos años de graduarse, en 2016, los datos experimentan una mejora. Hubo mayor nivel de afiliación, el 25% de los titulados se convierte en autónomos, y el 50% en un nivel de cotización bajo, los niveles más altos se reservan para la mitad restante.
Fuente: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Los historiadores catalogan a Valladolid como «una ciudad de archivos». Pero tanto esta como el resto de universidades que imparten el Grado en Historia en Castilla y León (Burgos, León y Salamanca) cuentan con un ambiente único, ocho lugares reconocidos por la UNESCO. Un detalle que facilita el trabajo a los historiadores al nutrir a las salidas que tiene el Grado. Una de las vías profesionales que más favorecida se puede haber visto es el área patrimonial, la salida con, quizá, mayor capacidad de emprendimiento y negocio. El consultor patrimonial y director del área de estrategia y comunicación en Patrimonio Inteligente, Ángel Palomino, señala el Grado en Historia como una «carrera de realización». Pero realización tanto profesional como personal, de un proyecto de vida. Empresas como Patrimonio Inteligente se ocupan de las necesidades patrimoniales que puedan surgir derivadas del terreno histórico.
La consultoría patrimonial bebe de la Arqueología, ambas están directamente conectadas. Germán Delibes, arqueólogo y profesor en el Grado en Historia, recuerda que para convertirse en arqueólogo es necesario el estudio de un Máster posterior al Grado. La construcción tiene mucho que ver con la Arqueología. Para Delibes la crisis económica lastra el desarrollo de la construcción, y si esta última no desvela por accidente restos patrimoniales, los arqueólogos no tendrán qué investigar. La Arqueología no vive sus mejores momentos.
Pero si lo tuyo es más de vocación, o no, en la actualidad la docencia se encuentra de enhorabuena con la salida de nuevas oposiciones para optar a una plaza en centros de enseñanza. Una de las vías menos conocidas, y más reducidas, del Grado en Historia es, según Concepción Marcos, la salida investigadora. A pesar de que es tremendamente difícil vivir del aire, -en este sentido, vivir de la investigación-, las oposiciones a Archivos ofrecen una forma de ganar en «calidad de vida», según Ana Viloria, estudiante de dicha oposición. La archivística esconde un mundo infinito, y las oposiciones, una vez superado el Grado, innumerables salidas: museología, biblioteconomía, asesoramiento y gestión cultural, guía turístico etc.
La coordinadora del Grado, Concepción Marcos; Rosario Jaén, docente de Historia en secundaria; y Ana Viloria, opositante a archivos, explican el cometido de la historia, en menos de un minuto.
El instrumento de la Historia
El retrovisor es un elemento principal a la hora de circular por carretera. Sin él los puntos ciegos serían inabarcables para cualquier vehículo que ruede por el asfalto. Los retrovisores son vitales para dar marcha atrás o adelantar. Pero, ¿qué tiene que ver un retrovisor con el Grado en Historia?. Mucho. Es un presente con mucho pasado. El retrovisor es primordial para un historiador, incluso para cualquiera de las personas con las que se haya cruzado hoy. No hay que olvidar que la historia es producto de la evolución humana, del funcionamiento social… de todo aquello que tildamos de ‘pasado’. Pero el pasado resulta fundamental en el presente, por ello es primordial no olvidarse del sentido del retrovisor. Es como un tatuaje que el historiador no elude jamás. Su trabajo, en el presente, se basa en todo aquello del pasado.
Uno de los grandes males de la Historia en la escuela es la cantidad de teoría que requiere. Es el principal ‘enemigo’ de, normalmente, cualquier estudiante que le hace ‘invertir mucho codo’. En el Grado en Historia algunos viernes resultan ser la solución a ese ‘mal’. Una solución que el Plan Bolonia ve con buenos ojos, ya que trata de formar a los alumnos en algo más que desde una base teórica. En el Grado en Historia muchos viernes, e incluso otros días del mes se invierten en visitas, conferencias de especialistas, etc… Actividades que complementan a la teoría y también buscan formar al alumno.
Uno de los sitios más resaltados de la Facultad de Filosofía y Letras es la Biblioteca. Ésta, como para el resto de titulaciones impartidas en la Universidad, resulta primordial para el Grado en Historia. La imponente biblioteca, a 5 de febrero, tiene un total de 300 335 libros. De todas esos volúmenes alrededor del 30% lo conforman las áreas de Prehistoria, Antropología, Paleografía, Historia de América, Historia Antigua, Historia Medieval, e Historia Moderna, Contemporánea y de América. Esto sin contar con los más de 4000 folletos, fondos personales y más de 2000 títulos de revistas,-tanto abiertas como cerradas-, alojadas, también, en la Biblioteca. Recientemente la Biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras fue condecorada con el Sello de Excelencia Europea EFQM 500+ por su gestión. Un sello que culmina un proceso de mejora de la Biblioteca que se inició hace siete años.
La Biblioteca cuenta con el sello de Excelencia Europea EFQM 500+